Situada en el este de España, al sur de la región de Aragón, la provincia de Teruel es una tierra de montañas e historia, a menudo olvidada. Caracterizada por sus impresionantes paisajes y su escasa densidad de población, es uno de los símbolos de la llamada "España vacía".
Conocida por su espectacular arquitectura mudéjar, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y por albergar Albarracín, considerado uno de los pueblos más bonitos de España, la región es un tesoro escondido. Atrae a los amantes de la historia y de los grandes espacios, en busca de una tranquilidad absoluta.
El estilo de vida en Teruel es profundamente rural y tradicional, ofreciendo una vuelta a lo básico. Es una de las regiones menos pobladas de Europa, lo que garantiza una tranquilidad poco común. La provincia es ideal para quienes deseen invertir en una casa de pueblo de piedra o en una masía para reformar a muy bajo coste.
Entre las principales ventajas: uno de los mercados inmobiliarios más bajos de España, un patrimonio arquitectónico y paleontológico único (Dinópolis), paisajes de montaña vírgenes, una gastronomía de renombre (jamón de Teruel, trufa negra) y una ausencia total de turismo de masas.
Como desventajas, un clima continental riguroso, con algunos de los inviernos más fríos de España y veranos calurosos, un considerable aislamiento geográfico y unas infraestructuras y servicios limitados en muchos lugares, lo que exige un alto grado de autonomía.
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